Según comentan en ocasiones maestros y maestras jubilados, a todos les alegra que antiguos alumnos y alumnas les aborden en la calle, en los comercios o lugares de ocio, sorprendiéndoles con saludos afectuosos, que transmiten sentimientos de cariño y gratitud. Al cabo de los años transcurridos desde que los dejamos de ver en el colegio, es natural que no siempre resulte fácil reconocerles a primera vista.
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