Pedro Díaz, hijo de Minuto y padre de Dolores la Minuta, heredó de su padre la pescadería y la afición por los toros. En la plaza de abastos, los Minuto pescaderos se juntaban con los Calderones carniceros, la familia alcalareña más torera que se recuerda. De Pedro el Minuto se cuenta que era tan bajito que, cuando cargaba al hombro una pieza grande de pescado, la
cola iba arrastrando por el suelo. Su hijo José Luis siguió al frente del puesto de pescado en la plaza, ayudado por el Goro.
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