Muchas veces como docentes, también en las familias, hemos recomendado a nuestro alumnado, a nuestros hijos e hijas, que para resolver un conflicto se sentaran en el rincón de escuchar, pensar y dialogar, donde dos sillas estratégicamente colocadas una enfrente a la otra y con dibujo, o sin él, de una oreja y de una boca en cada una, representaban lo que había que hacer sentados en ellas. Estas imágenes y la eficacia de este método me vinieron a la memoria en estos días de obligada reflexión, al escuchar al escritor Juan José Millas en el programa «a vivir que son dos días» sobre la bondad y la necesidad de extenderlas socialmente.

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