Después del largo y sofocante verano, idóneo para alejarse, para desamarrar las ideas en esa saludable inactividad que los filósofos llamaron desaprender, y hasta para olvidarse un poco de todo menos de lo sagrado, el mes de septiembre es siempre un buen momento para intentar empezar de nuevo, quiero decir: para seguir, pero mirando las cosas como si fueran nuevas.

CONTENIDO EXCLUSIVO

Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a [email protected]

Si ya eres socio inicia sesión

Licenciado en Historia en la Universidad de Sevilla. Profesor de Lengua y Literatura, Geografía e Historia en Secundaria y Bachillerato. Lector atento de lo de aquí para llegar desde lo cercano hasta...