Alcalá parece un catálogo viviente de farolas. Un prospecto de publicidad del Leroy Merlín, un folleto piloto del Bricomart o del Obramart o como se llame ahora el almacén del chapú sin pasar por el permiso de obras para engordar las arcas de los ayuntamientos. Las tenemos de todos los tipos y colores, tamaños y pesos. Fernandinas, modernas, futuristas, contemporáneas e incluso de paseo de playa horteril como las de la calle Silos.
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