En la exposición de Emilio Sánchez Perrier en el Prado, entre los dibujos que podemos contemplar, se encuentran los encabezamientos de algunas cartas. El genial pintor comenzaba sus escritos a sus seres más allegados con un dibujo en forma de ele. Son verdaderas preciosidades que recuerdan a las ilustraciones que antes se hacían para las revistas, donde se pintaba y se dejaba un hueco considerable para los textos. En estos momentos de correo instantáneo, mensajes que vuelan a la velocidad del rayo y grupos de «guasap», pensar cómo eran las comunicaciones de la época al final del siglo XIX nos hace reflexionar. Una misiva en aquellos años era tan importante como un documento notarial.

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Periodista del diario ABC desde 1989. Alumno becado por el Foreign Office en Londres, fue profesor de Opinión Pública en el Instituto Europeo de Estudios Superiores de Madrid