Iniciadas por La Voz sus vacaciones, dejo preparado mi próximo escrito, para a mi vez darme un garbeo por la maltratada Piel de Toro, por la sinrazón de unos y otros políticos.
Sin pretender ser un sesudo analista de los de hoy, sí conservo intacta la memoria de lo que en mis neuronas quedó grabado: lo estudiado, lo vivido, lo aprendido de lo que a los mayores del lugar oí contar. Me refiero a aquello que en otros escritos reflejé sobre la situación vivida en nuestro País durante el bienio 32/34, que desembocó en el enfrentamiento cainita ya conocido.
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