Rola por Internet una especie de fábula con moraleja, sobre un banquero que entra a comprar unos filetitos de pollo en una carnicería y el carnicero le dice que se espere, que está muy ocupado, y que si no quiere esperar que coja los cuchillos y se lo gestione todo él mismo, igual que hacen ellos con sus clientes del banco. Y es que la tendencia en la banca es cerrar oficinas, recortar y volver a recortar y sangrar a las personas buscando el máximo beneficio.
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