Los partidos políticos actúan como maquinarias diseñadas para ganar elecciones. Cuando ven aumentar el riesgo de derrota, activan estrategias para evitarla, como ocurrió con Joe Biden a pocos meses de las elecciones en EEUU. Tras un desastroso debate que debilitó su campaña, el Partido Demócrata presionó para que renunciara y facilitó el inusual reemplazo por la vicepresidenta Kamala Harris.
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