El Juzgado de lo Penal número 4 de Sevilla ha condenado a dos años cárcel a una de las personas acusadas de la muerte de la familia intoxicada al inhalar fosfina de unos tapones de plaguicidas. Además, tendrá que pagar una indemnización de 675.000 euros, según ha adelantado Diario de Sevilla.

Los hechos ocurrieron en 2013 en la barriada de Rabesa, y siete años después se ha resuelto el caso sin celebrarse el juicio. La Fiscalía, las acusaciones y las defensas han llegado a un acuerdo para evitarlo. El Ministerio Público había solicitado inicialmente cuatro años de cárcel para los tres acusados: dos trabajadores de la empresa Alansu y el responsable de la chatarrería Reciclados Nivel. Tras el acuerdo, las acusaciones han retirado los cargos contra dos de los acusados, un mozo de almacén de Alansu y el administrador de Reciclados Nivel.

En cuanto a la tercera persona acusada, una empleada de Alansu, las partes han acordado una pena de dos años de cárcel, aunque no tendrá que entrar en prisión al reunir los requisitos legales. Además, las compañía aseguradoras han alcanzado un acuerdo con los familiares de los tres fallecidos para pagar una indemnización de 675.000 euros.

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