En el colegio Pedro Gutiérrez, conserva Alcalá un edificio histórico de la arquitectura escolar de España ideado por el arquitecto Talavera y Heredia. Inspirado en las renovadoras ideas pedagógicas de la Institución Libre de Enseñanza –precursora de la intensa labor de alfabetización emprendida en la Segunda República–, el colegio fue inaugurado en 1928. En su construcción se tuvieron en cuenta condiciones higiénicas y climáticas, como la ubicación aireada sobre un cerro, la importancia de la luz, la altura de techos, la estética andaluza de la cal, los patios blancos y el gusto por las plantas. Dos pabellones unidos por un pórtico dibujan un espléndido espacio interior en U que ofrece ámbitos a la vez protegidos y abiertos para la clase al aire libre, algo en lo que ya se pensaba hace 91 años. Llamamos todavía «Los Grupos» a este edificio debido a sus dos alas, nombradas en el proyecto original «Pabellón de niños» y «Pabellón de niñas», con sendos rótulos de azulejos trianeros del mismo estilo y calidad que los empleados en la Plaza de España sevillana. ¿Dónde están hoy esos azulejos? Sin respeto por la conservación del edificio, fueron arrancados en su día por quienes pensaron hacer así un servicio a la educación mixta, e ignoraban que sin el conocimiento de la historia no es posible hacer servicio alguno a la educación. Eliminando estos dos maravillosos rótulos, con sus letras modernistas de antigua barbería, qué ocasión perdimos de llevar ahora a niños y niñas de excursión frente a la fachada del colegio y darles una lección práctica de historia, para que entendieran el valor de una igualdad conseguida que hoy debe seguir defendiéndose.

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Soy filólogo y profesor jubilado de Secundaria. Ejercí muchos años en el «Cristóbal de Monroy». Participé en la reunión fundacional de La Voz de Alcalá y colaboro en este periódico desde 2006....