Un incivilizado ciudadano descargó este frigorífico a la entrada del camino hacia el Algarrobo, quizás con la presumible intención de dotar a los visitantes de bebidas refrescantes en espera de la construcción de un bar en el centro del parque Oromana. El problema es que no tenía conexión eléctrica para poder enfriar las bebidas. La idea pudiera ser interesante.

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