Otro noviembre, y el de este año preñado de muertos que una inesperada peste arrebató a infinidad de familias, y otra vez me valgo de esa fecunda, inagotable fuente que es la Greek Anthology II (Loeb Classical Library) para ofrecer al lector algunos epigramas funerarios que, compuestos por Diógenes Laercio, sin hallarse sobre sus tumbas ensalzan a personajes sin par en la historia de la filosofía.
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