Edificios del barrio de La Paz. Coral Gata

En los años ochenta del pasado siglo, desaparecido el tejido industrial genuinamente alcalareño en favor de las fábricas de los polígonos industriales, los propios alcalareños empezamos a dudar si pronunciábamos Guadaíra (como siempre) o Guadaira, como los foráneos de las empresas recién llegadas. La minoría ilustrada local, muy preocupada por el riesgo que corríamos de perder nuestra identidad colectiva, reaccionó enérgicamente y se puso a trabajar. Había que evitar que Alcalá quedara reducida a una ciudad dormitorio del área metropolitana.

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Francisco López Pérez, maestro de Educación Primaria, licenciado en Geografía e Historia, colaborador habitual en la presa local alcalareña.