Efectivamente, la autopsia descartó la muerte por ahogamiento de Julio de María del Parque. Es cierto que, en un primer momento, un colega fue retenido hasta aclararse que su participación había consistido en llevarlo hasta el agua. Julio estaba muy trastornado por la ingesta descontrolada de medicación, que había tomado poco antes. La muerte le sobrevino al pie de la fuente. Alguien lamentó que continuara en tan lamentable estado desde hacía semanas. No se explicaba qué objetivo tendrían las visitas semanales que le hacía el tutor en la misma calle, quedando abandonado a su suerte. Los días insoportables de calor los pasó a la sombra de los árboles de La Plazoleta, y por las noches dormía en uno de los bancos. Le dejaban comida, medicinas y algún alimento.

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Francisco López Pérez, maestro de Educación Primaria, licenciado en Geografía e Historia, colaborador habitual en la presa local alcalareña.