José Rosendo Naranjo Gómez (33 años) es un rapero conocido como Enjoy Canoa. El porqué de este nombre artístico es un secreto que prefiere no desvelar para crear «un poco de misticismo». Empezó en la música con 13 o 14 años, el primer contacto fue con grupos como Wu-Tang Clan o Billy Woods, luego se puso a indagar un poco más, sobre todo en lo que se hacía en su tierra, Alcalá de Guadaíra. «Conocí a un par de grupos, empecé a trabajar la música y a formar la carrera y hasta hoy», recuerda sentado en un banco de Parque Centro, donde se realizó esta entrevista.


El músico vive uno de sus momentos más dulces. Hace pocas semanas publicó su último trabajo, Intratable, con el que ha recibido buenas críticas y continúa con su colaboración con el rapero y compositor sevillano Toteking, a quien acompaña en sus conciertos. Su relación comenzó cuando el artista le mandó un mensaje por la red social Instagram. «Me dijo que le gustaba lo que hacía. Es guay, sabía quién era, pero no lo conocía de nada, me dio mucha alegría. Con él he visitado toda España», explica. Con él se ha disparado su popularidad, pero no quiere dejar de lado su trayectoria personal, «tienes que ir pasito a pasito y que sea todo una carrera de fondo».

Su primer concierto lo hizo en su ciudad natal, en un bar que ya no existe, cerca de Parque Centro. «Tenía 17 años, no me acuerdo ni de cómo se llamaba la canción. Salió fatal por los nervios escénicos, pero fue bonito. Ahora tengo los mismos nervios, si los pierdes lo pierdes todo», asegura. Sus canciones hablan sobre la vida, pero desde un espacio motivacional. «En este disco he intentado tirar de aspectos positivos, soy un chaval al que le gusta ir al gimnasio y entrenar a jóvenes, me gusta motivar a la peña porque dan mucho más porcentaje en la vida. El público lo sabe, lo ha visto». Para escribir sus letras, no solo plasma sus vivencias, también se deja influenciar por diferentes expresiones artísticas. «Leo mucho y veo muchas películas. Soy muy friki, me gusta mucho el cine de fantasía y sobre todo del espacio. Pienso que Interestelar es la mejor película del mundo. En cuanto a libros, me gusta mucho la metaliteratura, los escritores que hablan de cómo escribir, como Enrique Vila-Matas». Pese a su amor por las letras, no se plantea escribir un libro: «Le tengo mucho respeto». Son las anécdotas de la vida las que le inspiran, pero también practica un rap social en el que es consciente de las necesidades que hay en la calle, sin salirse del guión del buen rapero, vacilar, que no es lo mismo que chulear. «Soy sevillano y andaluz, así que lo llevo en la sangre. Cualquiera puede escribir una rima pero si no sabes encajarla, no vale».

Entre sus referentes se encuentra Mucho Muchacho, líder de la ya desaparecida 7 Notas 7 Colores o Lírico, integrante del grupo Violadores del Verso. A los demás les tiene respeto hasta cierto punto, ya que, asegura, hay un grupo que se dedica a transmitir mensajes de ultraderecha que están en las antípodas de sus creencias. «Te sorprendería que los más filosóficos son los que más de derecha o extremistas son. Una cosa es la política y otra el personaje. Hay muchos raperos, por ejemplo, de Vox, hay un circuito muy feo como Santaflow o G. Babe».

Para Enjoy Canoa, el recurso más importante del rapero es el ego, pero este solo hay que usarlo en un concierto o en una grabación de estudio, «lo demás es una persona que tiene que estar aprendiendo todo el tiempo incluso de los más jóvenes». Este respeto por su oficio le viene de familia, que le ha enseñado, afirma, a cuidar de los suyos. Tanto, que tiene claro que ninguna de sus letras irían contra una persona de Alcalá, incluso la alcaldesa. «Creo que mi pueblo está en el top 10 de los mejores de Andalucía y nunca intentaría faltarle el respeto a nadie».

Sus padres no han ido a ningún concierto suyo todavía, algo que le gustaría por una parte, pero también le da pudor, «lo vería raro». Y es que ellos, sus progenitores, en un principio pensaban que se dedicaba al flamenco, un arte muy arraigado en su familia por parte de madre. Es por ese motivo, también, que nunca se le ocurriría fusionar estas dos disciplinas. «Nunca uniría el flamenco con el rap, para eso soy muy purista porque antes he escuchado mucho esa música, que es el arte de mi tierra».

Tampoco le gusta cantarle al amor, prefiero hacerlo a la muerte. «Es más bonita y más sencilla que el amor. Como esos poetas antiguos, que les gusta el rollo». Aunque en su vida hay mucho amor, el que comparte con su novia con quien vive desde hace tres años. Una elección, la de tener pareja, que ha aportado estabilidad a su vida: «Tengo mi horario de deporte, mis horas de estudio y de trabajo. Intento pasar todo el rato en el estudio no solo grabando sino planeando. Me gusta hacer yo mismo las cosas, aunque tengo un agente. Si las cosas se ponen serias, buscaré un equipo».

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