«La primera vez que visité Alcalá fue en 1959. Entonces me acompañaban doce amigos. Desde Sevilla, al amanecer, tomábamos el camino de eucaliptos, cargados con una bota de vino y un caballete. Durante quince kilómetros, para luego volver al anochecer, también a pie. Todo por pintar».
Contenido exclusivo para socios. Hazte socio por sólo 3 euros al mes. Si eres socio y aún no tienes tus claves pídelas a administracion@lavozdealcala.com. Hazte socio y Levanta La Voz
Entrar
Escribir un comentario