¿Será, digo yo, por pasos de peatones? Pues sólo en la calle Bailén, por poner un ejemplo muy transitado, he contado hasta nueve. Pues, bueno, aún hay osados que cruzan la vía pública por donde les apetece. Y no digamos los que pasan mirando el móvil, cuando sería otra cosa de lo que tendrían que estar pendientes, más vital para sus vidas, valga la redundancia.

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