Vivir en una ciudad como Alcalá implica similares ventajas e inconvenientes a hacerlo en ciudades parecidas a la nuestra. Posiblemente, en un pasado no muy lejano, hemos exagerado o inventado tanto unos como otros, más por razones sentimentales de apego o desapego que por una evaluación objetiva de nuestra calidad de vida ciudadana. Reconozco en mí mismo la evolución de la percepción de la vida en Alcalá desde que nací en la calle Vegueta hace 58 veranos.

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Licenciado en Filología Inglesa. Profesor en el I.E.S. Albero.