Se ha hablado y escrito bastante acerca de la proliferación del granito como material predilecto en cualquier obra de reurbanización en Alcalá en los últimos años. Desde el atentado cometido en el tramo final de la cuesta de Santa María contra el antiguo acceso –sencillo, diáfano, precioso– al santuario del Águila hasta el último bordillo de la última calle del pueblo, la piedra suprema ha terminado reinando de forma absoluta, y amenaza, como una invasora especie exógena, con sepultar nuestra propia roca autóctona, esa calcarenita de color dorado a la que llamamos albero.

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Licenciado en Historia en la Universidad de Sevilla. Profesor de Lengua y Literatura, Geografía e Historia en Secundaria y Bachillerato. Lector atento de lo de aquí para llegar desde lo cercano hasta...