Cuando las cosas se hacen bien hay que dejar constancia de ello. Y la reforma del parque Oromana va por buen camino. El albero para los senderos dan ese toque tan personal de Alcalá que da gusto pisarlo. El contraste con el verde crea una combinación perfecta. Ese amarillo virgen e impoluto de la suciedad del tiempo y la lluvia es un deleite para los ojos. ¿Y qué escribir de los nuevos pinos piñoneros que están plantando? ¿Existe otro árbol que sea más propio de nuestro pueblo? Alguien con sentido común le está dando un toque naturalista y conservador al parque.

CONTENIDO EXCLUSIVO

Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a socios@lavozdealcala.com

Si ya eres socio inicia sesión

Periodista del diario ABC desde 1989. Alumno becado por el Foreign Office en Londres, fue profesor de Opinión Pública en el Instituto Europeo de Estudios Superiores de Madrid