A Luis Paniagua, el chico de los recados del PP renovador de Sevilla, también se le conoce en Alcalá. Hace poco ha sido noticia en ABC porque ya en Dos Hermanas, según parece, afilió vía exprés a militantes para que votaran en las primarias del partido por Virginia Pérez y dejara fuera de la carrera a su contrincante, Juan Bueno.
Y además, pudiera ser, que para estar al corriente de las cuotas de los nuevos afiliados -condición sine qua non-, se pagó con dinero del grupo municipal del ayuntamiento nazareno. Paniagua exprés estuvo aquí el día en que se decidía el futuro del PP alcalareño para «ayudar». Y vaya si lo hizo. Así de sopetón se afiliaron la semana antes por centenares y en las urnas salió lo que salió.
El PP no tiene un problema ideológico. No es que haya dos corrientes con pensamientos distintos. Los exoficiales y los renovadores quieren lo mismo: el sillón. Y así les va en esta guerra sin cuartel de puñaladas, traperas no porque esas son de Cataluña. Al final, lo que les ocurre, es que el PP ha perdido los valores y los principios. Empieza a ser un partido en franca descomposición.
Gracias a esto, sus contrincantes más cercanos, los naranjas por el centro y los verdes por la derecha se frotan las manos. Ciudadanos y Vox les comerán el terreno. Que nadie crea que en política no hay vasos comunicantes. Los espacios que unos dejan vacíos se ocupan de inmediato.