En la joya de la corona comercial de nuestro pueblo, la librería de nuevo y viejo, Término, ese templo del saber y del ocio imprescindible de la lectura, hay un tesoro escondido. Un señor les ha llevado un trozo de la historia contemporánea de Alcalá para ponerlo a la venta. Se trata de ocho tomos perfectamente encuadernados, una colección completa, del periódico Alcalá Semanal. Va del año 1984 al 91. Pide 20 euros por tomo y como lo lógico es que este diario no se disperse, el juego completo sale por 160 euros. ¿Mucho dinero? Una bicoca para cualquier amante de nuestro pasado más inmediato. Solamente ver los anuncios de esas discotecas de la época, o de aquellas tiendas que por entonces se anunciaban y hoy siguen en pie, merece la pena. ¿Que por qué no lo compra el Ayuntamiento y lo deposita en cualquiera de sus dos bibliotecas públicas? Eso mismo me pregunto yo. Si de verdad aquí hubiera algún mínimo interés cultural ajeno al postureo, la feria de las vanidades o los coros y danzas de Plaza del Duque 1, lo primero que hubiera promovido la Delegación de Cultura es hacerse con estos libros para consulta y estudio. ¿O es acaso una cuestión de dinero? A lo mejor será que en aquella época ya había voces críticas con la corporación municipal del señor Hermosín y han quedado escritas con olor a tinta vieja en las páginas del semanario. Hagamos una apuesta. Si la próxima quincena, con el siguiente número de La Voz de Alcalá, se ha vendido la colección, me quito el sombrero y dejo constancia en esta columna del acierto. [¡Pero si no compran ni el presente!, ¿cómo se van a interesar por el pasado? Aquí me paro].
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