Si de verdad creen que la Semana Santa es más que una exhibición de imágenes. Si quieren vivir la pasión, muerte y resurrección de Cristo más allá de las procesiones. Si están apenados y tristes porque las lluvias van a impedir llevar a cabo las estaciones de penitencia, no se preocupen, hay una solución. Refúgiense en los templos. Acudan a misa. Escuchen los santos evangelios. En ellos encontrarán no sólo el cobijo de la lluvia sino el consuelo de no poder procesionar. Estos estarán abiertos toda la Semana Santa y allí podrán contemplar las sagradas imágenes más de cerca, con tranquilidad y fervor. Seguro que vivirán este tiempo de otra manera. Menos exhibicionista y más íntima.
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