Un viento subtropical barrió Alcalá el pasado domingo 22. Los árboles agitaban las ramas como en una rebelión. Parecía la protesta desesperada por la falta de agua con la que han sido castigados durante mucho tiempo ya. Algunos dijeron ese día: «Hasta aquí hemos llegado». Como si se hubieran ya cansado de tanto oprobio. Sin agua, sin cuidados o, todo lo contrario, con unas talas excesivas que los despojan de toda su nobleza para dejarlos en un palo pelado y mondado, como un palillo de dientes expuesto a la burla de los viandantes hasta que le vuelvan a brotar sus ramas y sus hojas.

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Periodista del diario ABC desde 1989. Alumno becado por el Foreign Office en Londres, fue profesor de Opinión Pública en el Instituto Europeo de Estudios Superiores de Madrid