Más está cerca de la verdad que de la realidad. Sobre todo, cuando por realidad se nos presentan tantas realidades que lo difícil es saber cuáles de ellas son verdad. La ficción es la lámpara con la que nos alumbramos en medio de la confusión. Fingir no es falsificar, aunque muchos confundan los dos verbos. Fingir es inventar ficciones. Toda ficción busca la verdad. Diríase que las ficciones crean realidades, con una característica determinante de su esencia: han de ser verdad.
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