La definitiva destrucción de la calle La Mina es llamada remodelación o reurbanización. Para edulcorar su palabrería, no hay quien le gane. Llaman bypass a otra demolición en la plaza de Cervantes de una casa bella y para la que se recogieron firmas que impidieran esta tropelía. Aún no han podido consumarla, pero estos tiranuelos continúan. Se ve que los europeos no saben lo que hay que saber de ellos, y ponen el dinero en sus manos porque creen ingenuamente que son nuestros representantes. Fuera de los eufemismos concejiles, lo que están haciendo con la calle La Mina verdaderamente es una cochinería, como la barbaridad que han perpetrado en El Águila.
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