Creo que la inmigración revitaliza, rejuvenece, y provee al país de acogida de nueva savia –no olvidemos que Europa se nos muere de puro vieja–, ahora bien, hemos tardado muchas generaciones en lograr una sociedad como la nuestra, todavía con muchos defectos, pero también con muchas virtudes. Disponemos de unas democracias igualmente imperfectas, pero democracias, al fin y al cabo –depende de los ciudadanos el cambiar lo que no les gusta eligiendo a unos u otros representantes–, y gozamos de un bienestar social generalizado, también con defectos, pero bienestar si lo comparamos con la situación del resto del planeta. De modo que seamos conscientes de lo que tenemos para no perderlo. 

CONTENIDO EXCLUSIVO

Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a socios@lavozdealcala.com

Si ya eres socio inicia sesión

Escritora y columnista de La Voz de Alcalá.