En este totum revolutum que es hoy nuestra política por mor de las fijaciones de determinados políticos y los medios que les sirven de voceros, me llevan a pensar si no estaremos asistiendo en algunos casos a un auténtico «macartismo» (acciones emprendidas contra grupos de personas progresistas por sus ideas políticas o sociales) a la inversa.

A tenor del inmisericorde y políticamente irracional acoso y derribo a políticos del Partido Popular, de los que no dudo que algunos o muchos sean unos mentirosos –en este sentido quien no lo sea, tire la primera piedra– o presuntos delincuentes, incluido el propio Partido, pero a los que concedo el beneficio de la duda, la presunción de inocencia, hasta que la Justicia se pronuncie.

Tales políticos y sus voceros hacen gala de ignorancia o una innata maldad cuando al acusar exigen al acusado que demuestre su inocencia. Comportamiento claramente antidemocrático, práctica legal que se hacía en el pasado. En democracia quien tiene que demostrar los hechos por los que acusan y mostrar pruebas de los mismos son los acusadores.

Son esos políticos, maestros de la perversidad y la mentira –ya sabemos que la Política es el «arte de engañar»– los que, por los general, ven la paja en los ojos del adversario cuando en los suyos llevan una viga. Los mismos que a esa viga la califican de presunta y se refugian en el que «hable la Justicia». Mientras que a la paja del adversario la estigmatizan y condenan sin esperar a la resolución de esa misma Justicia. Para ello utilizan distinta vara de medir y contumacia contra el adversario, según quién sea éste.

Una vez enjuiciado sin Justicia, lo consideran culpable y condenado sin Juicio, amenazantes le imponen el castigo de que dimita y/o en caso contrario agravan tal castigo con una segunda pena, la de moción de censura.

Para terminar reproduzco un comentario del maestro Sócrates en el año 350 a. C.

«Nuestra Democracia se autodestruye porque ha abusado del derecho de igualdad y del derecho de libertad. Porque ha enseñado al ciudadano a considerar la impertinencia como un derecho, el no respeto a las leyes como libertad, la imprudencia en las palabras como igualdad y la anarquía como felicidad».

Hoy los ciudadanos deberíamos hacer una moción de censura a nuestra Democracia para que quede en el olvido y sin memoria histórica e iniciar incontaminada la Segunda Democracia.

 

Sócrates (Alcalá) filósofo clásico griego considerado como uno de los más grandes, tanto de la filosofía occidental como de la universal. Fue maestro de Platón, quien tuvo a Aristóteles como discípulo,...

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