Estimado presidente: primero, debo felicitarle por tan espectacular victoria electoral. Un cargo de alta responsabilidad política, supongo, da muchos más disgustos y momentos agrios que días felices. Usted está disfrutando una de esas raras ocasiones en que la vida política parece premiar algo que haya hecho decentemente. Tengo que confesarle que yo no daba un euro por usted como líder político hace años. Me han sorprendido gratamente tanto su talante como algunos aspectos de su gestión. Resultó elegido hace cuatro años con unos resultados más bien mediocres, más empujados por el hartazgo y el rechazo a errores ajenos que por apoyo a su propia solvencia como líder.

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Licenciado en Filología Inglesa. Profesor en el I.E.S. Albero.