En el adiós de Lola Aquino a la política local quiero sumar esta ventana a los mensajes de aliento y despedida. No media en mi caso ni afinidad ideológica ni conocimiento personal. Escribo como espectador de su compromiso político con sus conciudadanos. Ambas carencias me alejan tanto del elogio o la crítica sectarias como de la tramposa afinidad personal que enturbie mi juicio a su papel como representante de los alcalareños en los últimos doce años.
CONTENIDO EXCLUSIVO
Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a [email protected]
Si ya eres socio inicia sesión