En los mapas políticos los países aparecen de diferentes colores. De otro modo no podríamos distinguirlos entre sí. Ese carácter artificial de las fronteras permite a muchos países y regiones cuestionar, por razones diversas, las existentes. Los españoles defendemos nuestras fronteras en Ceuta y Melilla, discutidas por Marruecos, pero rechazamos la de Gibraltar. Algunos catalanes anhelan una frontera que los separe de España. Rusia bombardea ciudades para anexionarse Ucrania. Este afán por crear, borrar o desplazar fronteras se debe a que estas delimitan un espacio donde ejercer en exclusiva el poder político y económico.

CONTENIDO EXCLUSIVO

Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a [email protected]

Si ya eres socio inicia sesión

Rafael Ojeda Rivero. Doctor en Medicina. Especialista en Anestesiología y Reanimación, que ha ejercido en el hospital Virgen del Rocío desde enero de 1990. Ha sido vicepresidente del Comité de Ética...