En la calle La Mina hay un patio de una casa que no es particular, cuando llueve no se moja y no es como los demás. El patio de confitería La Centenaria es de todos porque así lo ha querido la familia Cabreja, que regenta el decano de los negocios alcalareños desde que en 1978 don Manuel Cabreja Vilches, el padre de Jesús, José Antonio e Isabel, lo compró después de toda una vida en su obrador donde entró de aprendiz con solo once años.

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