La primera vez que escuché detrás mía la frase «señora, ¿da usted la vez?» fue en la tienda de debajo de mi casa, a donde acudía casi a diario para comprar esto o aquello y de paso ponerme al día de lo que venía sucediendo en la calle. Todo pasaba por allí, por eso algunas vecinas iban hasta tres veces seguidas, cada vez por un mandao distinto con tal de no perderse la última: que las noticias corrían como la pólvora, sobre todo si eran malas. Más o menos lo que sucede hoy con las noticias falsas o Fakes News, aunque lo que se hablaba en la tienda siempre era verídico, como decía Paco Gandía.
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