A nadie le pillan por sorpresa las inauguraciones exprés de este mes de abril previas a la cita electoral del 28 de mayo. No hay alcalde o alcaldesa que no esté inaugurando plazas, abriendo calles o repintando pasos de peatones. Los gobiernos se afanan por tener los espacios públicos como una patena, como si el electorado decidiese su voto en función del brillo que le hayan sacado al acerado en el último mes. Estas urgencias electorales son un insulto para la ciudadanía que paga los mismos impuestos y requieren los mismos servicios públicos desde el primer día del mandato.

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