La presencia de concejales tránsfugas en el Pleno de la Corporación municipal supone una patología democrática de primer orden, sobre todo cuando sostienen mayorías absolutas de un gobierno e incluso, para mayor aberración democrática, ejercen labores ejecutivas. Este es el caso que se vive en el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, en el que existen tres casos de transfuguismo. Uno de ellos en el Grupo Municipal de Andalucía Por Sí, con la marcha de Águila Jiménez. Los otros dos casos se han producido con ediles del Grupo Ciudadanos: María José Morilla y José Luis Rodríguez Sarrión. Son estos dos últimos quienes, tras dejar su grupo municipal ,siguen formando parte de un gobierno de coalición formado por PSOE y Cs. Este extremo, además de alterar de forma notable los términos del pacto de gobierno inicial, ahonda en los incumplimientos de la lucha contra el transfuguismo. Es decir, no solo no se castiga esta práctica, sino que se premia manteniendo las condiciones y privilegios previos a la condición de concejales no adscritos.

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