En 2008 empezaron las obras del tranvía de Alcalá. Fue necesario un cambio para acercarlo más a la ciudad por lo poco rentable de su trazado. Aun así, el diseño estaba pensado para los desarrollos urbanísticos del Zacatín y La Isla.

Con la crisis, las obras se pararon. Luego se retomó la construcción del tramo restante hasta casi culminar la obra civil. Ahora, el proyecto pende de su reformulación y para obtener fondos Feder y que Metro de Sevilla asuma el resto de la inversión para que funcione. Esta decisión la Junta la tomó en 2014, pero a día de hoy sigue en el mismo punto. Y esto evidencia un nuevo error de planificación en un tranvía que suma una década de cambios y parones que sigue sin tener fin.

La reciente aprobación en el Pleno por parte de toda la oposición de una moción para impulsar el proyecto significa la vuelta a la conversación pública de esta iniciativa. La oposición ha colgado pancartas en la fachada del Consistorio, y la alcaldesa ha tirado de agenda para no quedarse atrás, tras votar en contra de la moción. Pese a su reunión con el vicepresidente andaluz, no parece que Jiménez haya arrancado un compromiso firme ni una fecha concreta para lograr la puesta en marcha de un transporte que se necesita con urgencia.

La convocatoria a la sociedad civil para reclamar la infraestructura puede ser un aldabonazo para llamar la atención del PSOE, que sabe que, en menos de un año, se juega el gobierno de Alcalá. Quizá la movilización logre el impulso final que arranque los fondos necesarios para unir Alcalá con el metro.

También la A-392 suma otro año de retraso tras cambios de proyectos y anuncios de avances que no han sido tales. En 2009 se adjudicaron las obras para duplicar los seis kilómetros de carretera. La crisis provocó el parón y se volvió a reformular el proyecto.

En 2016 se retoman los trabajos y se anuncia el fin de las obras para primavera de 2018. Ya acabando la estación primaveral, la Junta vuelve a anunciar un año más de obras, hasta febrero de 2019. Los proyectos siguen atravesando un calvario, pero las improvisaciones en ellos parecen ir sobre ruedas.

Participa en la conversación

1 comentario

  1. Por segundo año consecutivo me quedo yo y mi familia sin acceso a la piscina municipal, se ve que no soy afortunado en este sorteo, pero sigo sin entender como una ciudad de mas de 75.000 habitantes cuenta solo con una piscina municipal del siglo pasado a pesar de la demanda que año tras año viene haciendo la población. Por otra parte, cómo se puede vender nuestra ciudad al turismo con instalaciones en algunos casos tercer mundista.
    Esperemos a ver que pasa en las próximas elecciones.