editorial

Alcalá tiene ante sí una oportunidad de oro para que «el corazón industrial de Andalucía» lata con fuerza. Los parques empresariales alcalareños están sucios y descuidados. El enorme potencial que tiene la ciudad no se está aprovechando hasta ahora como se debería. La imagen de los polígonos, rodeada de vertederos ilegales y con problemas estructurales, proyecta una sensación muy negativa a los inversores. Sin embargo, una lluvia de millones desde distintas administraciones sumada a la capacidad de inversión del Ayuntamiento van a permitir darle un impulso.

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