Desde que llegué al aparcamiento del tranvía en El Zacatín, en mitad de la nada, para recoger el testimonio de la familia De la Fuente Justicia no paro de pensar en cuál es la verdadera crisis de Alcalá. Una mujer de 69 años que a duras penas puede caminar duerme desde hace más de un mes en el asiento del copiloto de un coche sin carnet. Su nieto y su hija pasan las noches en el maletero y otro hijo lo hace en el asiento del piloto. Pero especialmente dura es la situación de Juana Justicia que, a su edad, con movilidad reducida y demencia senil, no tiene una cama donde estirar las piernas y un techo que la proteja de la lluvia, el frío o el calor que está por llegar. Es inhumano y debería avergonzar a nuestra sociedad, pero sobre todo debería pasar factura a quienes desde lo público no ponen a disposición de la ciudad los servicios necesarios para evitar este tipo de situaciones de vulnerabilidad.

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Licenciado en Periodismo. Actualmente La Voz de Alcalá, Sevilla Actualidad y En Andaluz. Antes en Localia TV y El Correo de Andalucía.