La llegada a Alcalá de aproximadamente unos 85 migrantes solicitantes de asilo que tramitan el estatuto de refugiados ha despertado al monstruo dormido del racismo. La falta de transparencia en todo el proceso ha sido un aliciente para que la xenofobia latente en la sociedad se haya hecho más visible que nunca. «Yo no soy racista», dicen algunos justificando sus posiciones, porque, además de racistas, son cobardes. En grupos de Telegram se difunden bulos auspiciados por pseudomedios, perfiles falsos y periodistas con un carnet de cartón. El odio rebosa con un lenguaje agresivo y belicista. Algo así como el «a por ellos» que le cantaban a la Guardia Civil cuando se dirigía a poner orden en Cataluña ante el delirio de la Declaración Unilateral de Independencia del gobierno catalán. Ahora, el «a por ellos» es «a reventar el Sandra. Ni un fucking negro aquí». Ya no se rodea el Congreso para pedir derechos, ahora se rodean hoteles para cazar negros en pleno siglo XXI.

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Licenciado en Periodismo. Actualmente La Voz de Alcalá, Sevilla Actualidad y En Andaluz. Antes en Localia TV y El Correo de Andalucía.