En los últimos tiempos, parece que el mundo de la política ha entrado en una preocupante fase de negación de los consensos y de deslegitimación del adversario. En lugar de valorar los acuerdos, la estrategia de los partidos prioriza la confrontación con los gobiernos y la descalificación del otro. Esto alimenta la polarización, como ya hemos visto en pasadas elecciones, pero sobre todo socava los esfuerzos en favor del diálogo y el respeto mutuo. Sin ellos, nunca tendremos una democracia saludable.

CONTENIDO EXCLUSIVO

Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a socios@lavozdealcala.com

Si ya eres socio inicia sesión

Economista. Interesado en el marketing, la política, la ciencia y la tecnología.