La propuesta turística de Alcalá en Fitur, Las Cuevas al Compás, es un proyecto para dar vida al arrabal de San Miguel. Un intento de recuperar la identidad que el flamenco le dio hace décadas. A pesar de que el concepto no es muy innovador, a nadie le desagrada un paseo por un barrio pintoresco, a la vez que olvidado, ni un recital de flamenco al aire libre, aprovechando el clima templado del otoño alcalareño. Sin embargo, dudo que este proyecto trascienda de lo local y genere un impacto económico importante en la ciudad. Si la rentabilidad es exclusivamente cultural bienvenida sea. Alcalá juega en Fitur a vender su particular Sacromonte, con diferencias notables. El barrio granadino nunca perdió la identidad, a pesar de que la turistificación esté sobreexplotando este yacimiento de cante, baile y toque. El barrio de San Miguel, por el contrario, perdió en 1965 a Manolito de María, uno de los últimos baluartes de la soleá de Alcalá, y con él la idiosincrasia del barrio.
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