Se fue el pasado noviembre en silencio, pero su grandeza obliga a dedicarle este recuerdo como la gran mujer que es, bella por dentro y por fuera, de eterna sonrisa y paciencia sin límites, una gran alcalareña que influyó de manera positiva en la vida de muchas personas.
Nos situamos a finales de los 80 cuando los chicos y chicas del Movimiento Junior la tuvimos como monitora en los campamentos de verano desarrollados en la Sierra Norte de Sevilla, San Nicolás y Cazalla.

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