El Ayuntamiento ha rotulado a una glorieta en Cabeza Hermosa con el nombre del empresario José García Guillén. Este homenaje a título póstumo se consuma con la colocación de la escultura El Herrero que él mismo cedió a la ciudad hace quince años. Desde entonces ha estado embalada a la espera de ser colocada en un lugar apropiado para reconocer al fundador de Cerrojos Cays. García Guillén fue un destacado empresario del sector del metal y supo posicionar la empresa a nivel internacional.

La Corporación municipal, familiares, amigos y un nutrido grupo de representantes de diversos sectores empresariales e industriales de Alcalá de Guadaíra y de otros lugares de España, han rendido homenaje como uno de los más destacados empresarios de Alcalá que creó una empresa de referencia en su sector, desde sus humildes inicios como herrero, para fundar (1978) una firma de proyección internacional desde Alcalá, Cerrojos Cays.

La alcaldesa, Ana Isabel Jiménez, ha afirmado que «su legado permanece en la empresa, en su equipo, en los trabajadores y especialmente en sus tres hijas, María José, María del Águila y Carmen. La portavoz familiar, su hija Carmen García Oliveros, recordaba cómo su padre las introducía en la empresa desde pequeñas, inculcándoles «con el ejemplo la vocación empresarial desde la paciencia y la exigencia, con constancia y amor para una transición generacional sin dramas», con «una apuesta por las mujeres en la dirección que en su época su totalmente novedosa».

El director actual de la empresa, Francisco Guillén, mencionando a quien fuera su jefe, compañero y amigo por 40 años, incidía en que José García Guillén fue «una seña de identidad empresarial de la ciudad, llevando esta imagen fuera de nuestras fronteras, y siendo recordado con cariño por sus trabajadores y compañeros del sector como una persona afable y generosa.  Se destacaba por su afán de perseverancia en los tiempos difíciles, por mejorar siempre la competitividad, por buscar soluciones viables a los problemas. De hecho, pasó de ser herrero a gran empresario por su voluntad de colaborar con  la masa social de su pueblo, por crear empleo». 

José García Guillén no sólo creaba negocio, sino que participaba de las acciones sociales, culturales y deportivas de Alcalá. Desde su generosidad cedió la escultura ‘El Herrero’ obra de Daniel Jurado Navarro, para homenajear a los trabajadores de uno de los sectores, el metal, más afamados de la localidad que forma parte, junto con el pan o las tortas, de las señas identitarias de Alcalá.

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