La costumbre de homenajear a los trabajadores que han cumplido con su vida laboral y pasan a jubilarse está en desuso. Parte de la culpa la tienen los organismos oficiales que se encargan más de dividir que de premiar a sus trabajadores. Es el caso de la funcionaria municipal María Isabel Boyero, que, tras 39 años de servicio, le ha sido reconocida su labor por parte de compañeros actuales y antiguos.

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