Teodoro Jiménez encendió con sus palabras la antesala de la Feria de Alcalá. El público llenó la caseta municipal y disfrutó con el sentimiento alcalareño, feriante y cargado de pinceladas cofrades que contenía su pregón en el que no faltó el duende del cante.

El pregonero, conocido cofrade y pregonero de la Semana Santa alcalareña 2019, es un enraizado feriante, que ha mostrado su alegría y responsabilidad de encarnar la llamada a la exaltación y participación de nuestras fiestas.

Tras la intervención del presentador del pregonero, David Pérez, la intervención de Teodoro Jiménez arrancó pidiendo a los presentes un aplauso de reconocimiento para los sanitarios y cuidadores que durante la pandemia demostraron su grandeza y afán de servicio en un momento difícil y sin cuyo esfuerzo no se habría podido llegar a este año, en el que vamos recuperando la normalidad anhelada, petición que fue respondida por el público con una enorme ovación.

A partir de ese momento el pregonero hablo de la feria del ayer, la que se celebraba a los pies de la Virgen del Águila, patrona de la ciudad, los recuerdos de infancia que muchos de los presentes atesoraban de ella y de como en el nuevo recinto acogió desde sus raíces, las señas de identidad de una Alcalá que sabe vivir un lucir la feria como pocas.

No fue la única referencia cofrade de su prosa ya que durante la misma desgranó como la vida en las casetas es una convivencia de hermandad, desde sus inicios en la preferia hasta que luce engalanada para que en ella se viva intensamente, los 4 días de feria.

Tampoco se olvido de otras veladas populares que tienen lugar en la ciudad, como la de su barrio de San Agustín, y que son antesala para que un niño vaya conociendo el colorido y la ilusión que conlleva vivir la feria de su pueblo, hoy ciudad, y comprenda, conforme se hace adulto, todo lo que de buena convivencia y amistad supone una feria.

Teodoro Jiménez citó por sus nombres cada una de las casetas que acoge el recinto de San Juan y fue salpicando su intervención a ritmo de Sevillana, que fueron interpretadas por amigos del pregonero, y pusieron el colorido musical a una intervención llena de referencias a los símbolos identitarios que han marcado el devenir de la feria de Alcalá hasta convertirla en una referencia para muchos.

La Feria de Alcalá

Una portada, de 18 metros de altura por 37 metros de ancho, que recupera el gusto por el estilo tradicional con las señas de identidad alcalareña, en los colores de Alcalá: albero, azul y blanco, adornada con más de 12.000 lámparas y ornamentada con motivos florales. 

La Feria contará con más de 15.000 farolillos y 250 macetas con geranios, y la iluminación incluirá 75 arcos de estilo sevillano y cerca de doscientas mil lámparas en el interior del recinto; y en el exterior otros 52 arcos, tres pórticos y más de cien mil lámparas.

La Feria albergará más de 80 casetas, junto a las de seguridad, y la amplia zona de atracciones incluida la gran noria, los correspondientes espacios para puestos, quioscos, tómbolas como todos los recordamos, el tradicional paseo de caballos y una organización de seguridad, tráfico y demás servicios de limpieza, atención sanitaria, etcétera, coordinados en el Plan Albero.

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