En las películas, al igual que en el teatro y en la vida, siempre hay actores principales y secundarios. Muchas veces no se sabe si los principales eligen a los secundarios para aumentar su prestigio o éstos logran por sus propios méritos alcanzar cierta competencia que al final es reconocida por los principales y de paso contribuye a su reputación. Este es el caso del jardinero Antonio Gómez Gandul.
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