Cuando uno está en la fase de la senectud, los recuerdos afloran en cada conversación, momento o experiencia. Es lo que vamos manteniendo por encima de otros achaques. El día 28 de enero se nos fue Manolo Ruiz Gandul, más conocido por Manolo Gandul, a punto de cumplir 80 años. De él recuerdo momentos, conversaciones y experiencias. Le hice fotos a sus hijos con pocos meses. El trato que me dispensaba tanto Manolo como Ana, su mujer, en su casa era entrañable. Recuerdos de unos instantes de conversaciones. Pero también tuvimos contacto cuando se fundó el periódico Alcalá Semanal del que fue uno de sus artífices. Posteriormente colaboró con este periódico siendo socio y cediendo algún mobiliario cuando desapareció Alcalá Semanal. Manolo fue una persona muy preocupada por los asuntos sociales alcalareños, por los desfavorecidos, por los más débiles. Su profunda fe religiosa estuvo presente en su vida personal y familiar. Perteneció y fue miembro durante 25 años, de la mano de Manuel Ángel, de la Junta Directiva de AFAR. Asimismo, fue un miembro activo, hace más de 30 años, de la asociación promovida por Luis Martín Valverde, «Entre amigos» que trabaja por la dignificación de las condiciones de vida en el Polígono Sur de Sevilla. De afición bética inquebrantable, al igual que en sus pensamientos y actitudes valientes e inamovibles en la formación de una incipiente sociedad civil alcalareña, formó parte de un grupo local de apoyo a la candidatura de Joaquín Ruiz Giménez, de Izquierda Democrática dentro de la Federación de la Democracia Cristiana, pidiendo el voto en Alcalá y otras poblaciones de la provincia de Sevilla, en las primeras elecciones democráticas de 1977. Como panadero e hijo de familia panadera tuvo una preocupación por mantener la calidad del pan de Alcalá, promoviendo constantemente reuniones del gremio con el objetivo de acordar una política de precios común para combatir los bajos precios en la venta, que por entonces empezaba a hacer sus primeros estragos y que tanto daño han hecho al pan de Alcalá. Trabajador incansable al desaliento, que no se rendía ante la adversidad, buen alcalareño y mejor persona, supo ejercer su labor de forma callada pero efectiva. La modestia era una de sus virtudes. Sirvan de recuerdo estas breves líneas y reciban mis más sinceras condolencias para Ana, María, su mujer, y a sus hijos, Pablo, Marta, Manolo y Santiago. Descanse en Paz.

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Director de La Voz de Alcalá desde 2000. Fotoperiodista de la Agencia EFE y diversos medios como ABC, El Correo de Andalucía y la revista Triunfo.