El camión para intervenciones urbanas está obsoleto y tiene goteras, según los bomberos. Alfonso Álvarez-Dardet

El cuerpo de bomberos de Alcalá recibe alertas casi todos los días. La mayoría no trascienden, pero, igualmente, el trabajo se hace a diario. A principios de diciembre, una llamada les informó de que una mujer se encontraba «en tentativa de suicidio». Se trataba de una señora que vive en un quinto piso. Los operarios llegaron a la vivienda y, sin perder un segundo, desplegaron la escalera. Todo terminó bien, pero pudo no haber sido así. «Tuvimos que subir cinco metros de altura. Al final nos la estamos jugando. Es una situación en la que el tiempo juega en tu contra, por lo que no te puedes parar a asegurar ya que se trata de un peligro inminente. Tardas el doble de tiempo, pero tienes que hacerlo así», explica uno de los trabajadores del servicio público de la ciudad, que no quiere dar su nombre para mantener la privacidad.

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