Homenaje a las víctimas de la Desbandá en Alcalá

En Alcalá se ha conmemorado el 14 de junio, «Día de recuerdo y homenaje a las víctimas del Golpe Militar y la Dictadura» declarado por la Ley de Memoria Democrática de Andalucía, con un homenaje a las cerca de 5.000 personas bombardeadas en 1937 en su huida por una carretera andaluza, con la proyección y dramatización del documental La desbandá 1937. Norman Bethune. El crimen de la carretera Málaga-Almería, y una exposición monográfica que será visitable durante tres meses.

La Delegación de Memoria Democrática ha realizado la conmemoración siguiendo la normativa que establece que las administraciones públicas impulsarán en dicha fecha actos de reconocimiento y homenaje. El objetivo, según el Consistorio, es el recuerdo y homenaje a las víctimas para mantener su memoria y reivindicar los valores democráticos y la lucha del pueblo andaluz por sus libertades.

Teatralización y exposición fotográfica

En este sentido, el teatro Gutiérrez de Alba ha acogido el desarrollo de una teatralización del documental, en el que los miembros de la Asociación de Memoria Histórica y Democrática Siglo XXI de Alcalá han interpretado los trágicos hechos y leído testimonios reales de las víctimas supervivientes del suceso. A continuación, el propio Comisario del documental y la exposición conmemorativa, Jesús Majada, entró en mayor detalle en una conferencia en la que puso este hecho en el contexto de la guerra.

Asimismo, Majada puso en valor la figura del médico canadiense Norman Bethune, a quién denominó el primer médico sin fronteras por sus labores humanitarias por los diferentes continentes, y muy especialmente por su labor divulgativa, ya que de no haber sido por él y su acompañante que recogieron testimonios y documentos gráficos de La desbandá, este crimen hubiera pasado desapercibido y hoy no sería conocida esta matanza.

La exposición fotografía relacionada con el documental se ha abierto en el Centro Cívico Silos Zacatín, y se podrá visitar desde hasta el 10 de septiembre de forma gratuita de lunes a viernes de 8 horas de la mañana a 21:30 horas de la tarde.

La Desbandá

El 8 de febrero de 1937 tras la entrada de las tropas franquistas en Málaga miles de republicanos, milicianos y civiles, familias enteras, mujeres, personas ancianas y pequeñas huyen de la ciudad y del terror que iban ejerciendo las tropas levantadas contra la República por donde entraban y emprenden la huida por el único camino que les quedaba en su éxodo hacia Almería que todavía estaba bajo el control de las fuerzas republicanas.

Una multitud de refugiados abarrotaba la carretera entre la montaña y la costa camino de la ciudad cuando se produjo un ataque por mar y tierra. Se calculan que muchos miles de malagueños fueron bombardeados por buques franquistas con el apoyo de la aviación nazi mientras huían y de ellos entre 3.000 y 5.000 perdieron la vida.

El camino se convirtió en un infierno bombardeado por el fuego de los barcos fascistas (buques Canarias, Baleares y Almirante Cervera) y ametrallado por los aviones alemanes e italianos. Pronto el camino se iba cubriendo de sangre y muerte, se fueron abandonando enseres y bultos. 

El relato y documento gráfico del médico canadiense Norman Bethune, testigo de la masacre, nos permite acercarnos a ese suceso. Nada más conocer la noticia de los que estaba ocurriendo, este médico viajó con su ambulancia desde Valencia a Málaga con su unidad de trasfusión de sangre para socorrer a la población civil. En su diario anota «yacían hambrientos por los campos, moviéndose solamente para mordisquear alguna hierba, sedientos, vagando temblorosos sin rumbo entre los muertos». En su relato El crimen de la carretera Málaga-Almería escribe:

«Por entonces habíamos pasado al lado de tantas mujeres y niños afligidos que pensamos que lo mejor era volver y comenzar a poner a salvo los peores casos. Era difícil elegir cuáles llevarse, nuestro coche era asediado por una multitud de madres frenéticas y padres que con los brazos extendidos sujetaban hacia nosotros sus hijos, tenía los ojos y la cara hinchada y congestionada tras cuatro días al sol y al polvo. «Llévense a este», «miren a este niño», «este está herido». Los niños envueltos de brazos y piernas con harapos ensangrentados, sin zapatos, con los pies hinchados aumentados dos veces su tamaño, lloraban desconsolados de dolor, hambre y agotamiento. Doscientos kilómetros de miseria. Imagínense cuatro días y cuatro noches escondiéndose de día entre las colonias, ya que los bárbaros fascistas los perseguían con aviones; caminaban de noche agrupados en un sólido torrente de hombres, mujeres, niños, mulos, burros, cabras, gritando los nombres de sus familiares desaparecidos, perdidos entre la multitud».

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